martes, 26 de mayo de 2015




Unas palabras del maestro Roberto Carballo

Nadie pone en duda que hay que empezar conociendo, analizando las necesidades, sabiendo desde donde empezamos. Pero ….. pero …. las prisas y otras razones culturales impiden que se empiece por donde hay que empezar, y las necesidades las “ideamos” a partir de nuestra propia experiencia, proponiendo ideas que solventan lo que nosotros creemos. Es un formato muy corriente: trabajar desde la idea, desde nuestra idea, en lugar de trabajar a partir del análisis de las necesidades reales -tal vez no hubiera necesario recalcar lo de “reales”, pero por si acaso-, y las necesidades no están en nuestra cabeza, sino que se sienten por personas, por personas que son las primeras demandantes de soluciones para abordarlas. Personas y grupos que pueden permitirnos comprender mejor lo que ocurre y por qué ocurre, y hasta pensar posibles soluciones, que ellos, dado que sienten la necesidad, han buscado y a veces, ideado. Las cosas empiezan por donde hay que empezar, si es que queremos hacerlas bien.

Y la INNOVACIÓN empieza por las NECESIDADES, normalmente sociales, porque si son individuales se resolverán en otros ámbitos: Necesidades sociales. Y por ahí hay que empezar SIEMPRE. Las ideas más o menos personales sobre lo que se necesita, pueden llevar circunstancialmente a buenos negocios, pero el porcentaje de error es muy grande, porque no se sabe, sino que se cree. De ahí que casi todos los programas de emprendedores empiecen por ideas, y sean tan poco eficaces. Normalmente a los posibles participantes se les pide que aporten “su idea” y que se apasionen con ella. Luego se les forma para que pongan en marcha la idea que tenían, en muchos casos, una empresa. Se les forma en términos técnicos, en habilidades concretas. 

No, las cosas no empiezan por las ideas, sino que las ideas, que no son tal y como ahora se conciben, sino como representaciones complejas de lo real, las ideas, repito, surgen del conocimiento de lo real, y el conocimiento básico de lo real se consigue profundizando y conociendo en directo, analizando e interpretando lo que está ocurriendo y lo que realmente se siente como necesario, y para eso analizar a los potenciales clientes es decisivo. La fuente de información básica serán personas y grupos, y los recursos de análisis básicamente cualitativos. Los cuantitativos son muy costosos y poco eficientes.
 Cuando Irizar quiere saber lo que necesita un cliente y como le puede diseñar una carrocería para su flota de autobuses, sencillamente se sienta con ellos y analizan las necesidades reales. Los de Irizar evalúan cada uno de los factores, y acaban buscando una buena síntesis que finalmente se forjará como un diseño concreto. Esa ruta es casi ideal, pero las rutas han de empezar por donde tienen que empezar, y la innovación nace en el analisis de las necesidades. Otro ejemplo, ¿cómo vamos a hacer una buena educación si no le preguntamos a los alumnos actuales, anteriores y futuros cuales son sus necesidades y que les gustaría tener y participar? No son ellos probablemente los que han de encargarse de definir, porque para eso nosotros somos técnicos educadores y conocemos más en profundidad las posibilidades, pero si no pensamos desde nuestros alumnos, sencillamente creemos, pero no pensamos. Se cometen demasiados errores, y algunos terribles, por no atender a la máxima de empezar por donde hay que empezar.
Y esta “otra innovación” se proyecta o construye o diseña desde las necesidades y desde los actores principales en ese proceso, a aquellos a que van a ir destinadas nuestras ofertas.
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Despierta la creatividad


Hoy he leido esto me parece muy interesante.
Un buen líder no sólo se distingue por los resultados económicos que obtiene su equipo: para destacar, también debe ser capaz de motivar a los integrantes de su equipo y sacar lo mejor de ellos. ¿Te gustaría saber cómo se consigue?
Existe un ingrediente imprescindible para el buen funcionamiento de cualquier empresa: la creatividad, una característica que está presente, en mayor o menor medida, en cualquier profesional. Pero como si de un metal precioso se tratara, no siempre resulta fácil de extraer. Sin ir más lejos, según un estudio de la consultora de recolocación y detección del talento Lee Hecht Harrison, el 60% de los empleados tiene su talento dormido.
Aquí es donde el buen líder debe desplegar las habilidades necesarias para lograrlo. Para ayudarte en tu cometido, no te pierdas estos consejos:
  • Da tiempo libre al personal a tu cargo. ¿Sabías que Google concede a sus trabajadores un 20% del tiempo de su jornada laboral para que trabajen en otros proyectos ajenos a la empresa? La experiencia demuestra que esta vía de escape favorece que surjan otras ideas que, aunque inicialmente se aplican en otro campo, podrían extrapolarse al día a día de la compañía sin problemas.
  • El juego: un poderoso aliado. ¿Te has planteado por qué algunas empresas en las que se requiere mucha creatividad (por ejemplo, agencias de publicidad como McCann) es habitual ver salas de descanso con juegos, como dianas o futbolines? Esta forma de esparcimiento ayuda a romper el bloqueo mental propio de la jornada laboral, abriendo las puertas a la creatividad.
  • Involucra a tus empleados… y recompensa su ingenio. Un caso que ilustra esta recomendación es el de la sede irlandesa de la empresa de hardware HP, donde se anima a sus trabajadores a que propongan soluciones para ahorrar costes. A cambio, parte de ese ahorro va a parar a su bolsillo.
  • Sé todo oídos: ¡escucha a los tuyos! Haz ver a tus subordinados que tanto tú como la empresa contáis con ellos. Anímales a compartir sus ideas, sus proyectos: te aseguramos que te llevarás más de una gratísima sorpresa. De hecho, uno de los mayores incentivos consisten en sentirse parte de un proyecto y de sus resultados.
  • Aparcar el miedo al fracaso. Seguro que has oído alguna vez que Thomas Alba Edison realizó cerca de 10.000 intentos fallidos antes de inventar la bombilla incandescente. Que una idea se vaya al traste a las primeras de cambio no implica necesariamente que sea mala: sencillamente, es posible que haya que pulir los detalles de su ejecución. Transmítelo así a tus empleados.
De todos modos, sacar a relucir el talento de un equipo de trabajo no siempre es fácil. De ahí que cada vez sean más los másters y programas de posgradoque ayudan a sus participantes a potenciar estas destrezas. 

Lo importante es pontenciar la participacion del equipo.